Empresario a los 20 años, la historia de Alejandro Vieitez

0
235
{"source":"other","uid":"C8B7ED02-E313-46C3-9817-11061943CE8D_1630240323583","origin":"gallery","fte_sources":[],"subsource":"done_button","used_sources":"{"version":1,"sources":[]}","source_sid":"C8B7ED02-E313-46C3-9817-11061943CE8D_1630240323955","premium_sources":[],"is_remix":false}

La historia de Alejandro Vieitez Bazán con el mundo del ecommerce y la venta online se remonta hasta hace 6 años. Una experiencia que, como empresario, no sería llamativa…de no ser porque este sevillano tiene 20 años. Con 14 años creó su primer negocio de alojamiento web consiguiendo 1500 clientes y 1000 euros de facturación en tres meses.

Formándose a sí mismo desde los 13 años en programación y diseño cuenta que siempre quiso ser su propio jefe y que el mundo audiovisual le gustaba. “Siempre he tenido mucha curiosidad, además, por la programación y diseño web, lo que me ha servido para salir a flote” cuenta.

En 2020 comienza sus estudios universitarios de Comunicación Audiovisual en Sevilla. Fue allí cuando empezó a dirigir Atrapados, un programa de radio de la Universidad de Sevilla trataba temas de actualidad. Aunque no todo fue bonito ya que también, como explica, “hubo bastantes desencuentros entre varios de los miembros del equipo. Había integrantes a los que nunca les parecía bien nada”. Esto lo desanimó y, dos años después de haber comenzado en la facultad, en mayo de 2022, tocó fondo.

“Se juntó la desilusión de una carrera que no me llenaba porque no sentía que aprendía nada útil con la presión y estrés del programa y la enfermedad de un familiar. Empecé a no encontrarle sentido a nada y a no querer ni siquiera despertarme” recuerda. Sin embargo, decidió, pese a todo, salir adelante también con ayuda profesional y, por el camino, indagar en nuevas profesiones de éxito relacionados con la web, su verdadera pasión.

Así comenzó su último proyecto, una web que sigue el modelo de dropshipping y que, tan solo en 2 meses le está llevando a facturar una media de 600 euros diarios.

El dropshipping es un modelo de negocio que solo necesita la creación de una tienda online porque lo que vende es el producto de proveedores internacionales, para lo que es necesario también tener un conocimiento del inglés de cara a las negociaciones. La gran ventaja es que estos proveedores envían directamente el pedido al cliente tras la compra en el site.

“Requiere muchas habilidades, formación y mucho tiempo de esfuerzo, dedicación y comeduras de coco. Hay que saber manejar y configurar la plataforma de la tienda, la web, el email marketing, las plataformas de los proveedores, hacer estudios de mercado y de contabilidad, llevar la gestión de ciertos trámites fiscales, grabar y crear buenos creativos y buenos textos (copywriting) para los anuncios publicitarios. Estuve meses formándome no solo en cómo funciona realmente el dropshipping sino también en herramientas de publicidad y marketing. Pedí 150 euros a mis padres para arrancar algunas pequeñas campañas en la red y, en menos de 24 horas, ya tuve las primeras ventas. Los resultados han sido brutales. Ahora mismo, estamos facturando entre 500 y cerca de 700 euros al día y creemos que no tardaremos en llegar a los 1000 euros diarios en cuestión de semanas. El volumen ha hecho que sea también mi hermano pequeño el que me ayude con el trabajo” explica.

Pero para que vaya bien, insiste en un punto: acertar con los productos. En su caso, su tienda online está enfocada en productos de cosmética, cuidado personal y belleza y, más allá de hacer grandes estudios sobre los productos que pone en venta, también se trata de apostar por un servicio al cliente único. “En tan solo semanas podremos entregar en menos de 24 horas. Las garantías de devolución y envío gratuitas son clave, pero también ser conscientes de que el cliente tiene que quedar satisfecho si hay alguna incidencia. Eso es lo que hay que trabajar realmente” concluye.

En definitiva, de una mala situación personal, buscó la fórmula para salir. De días yendo desmotivado a clase y pidiendo dinero a sus padres para todo, ha pasado a facturar cifras de dinero impensables. Él habla de la satisfacción personal de conseguir la independencia económica, otros de esfuerzo y tesón. Creer en sus cualidades e ignorar las dudas del entorno fue clave. Es cierto que esta historia de éxito no es la tónica habitual, pero sí inspiradora para miles de jóvenes que no terminan de encontrar su camino. Y toda su experiencia, formación y conocimientos espera poder compartirlos a través de mentoring próximamente.

Dejar respuesta