Acelerar el proceso de innovación es fundamental para lograr las emisiones netas cero en 2050 y las políticas desempeñarán un papel crucial. Casi la mitad de las reducciones de emisiones necesarias en 2050 en un futuro con emisiones netas cero de los combustibles fósiles provendrán de tecnologías que aún no han superado la fase de demostración actual. Esto es especialmente cierto en los sectores que siguen dependiendo obstinadamente de los combustibles fósiles, como el transporte de larga distancia y la industria pesada. El objetivo de las emisiones netas cero para 2050 estará fuera de nuestro alcance si no se realizan grandes esfuerzos de innovación para mejorar y comercializar las tecnologías conocidas en esta década, y se introducen rápidamente en el mercado las ideas menos maduras para minimizar los costes de las transiciones energéticas.
Existe una gran incertidumbre sobre el grado de avance de las transiciones energéticas de los países. En lo que respecta a la innovación, en la mayoría de los países se dispone de pocos parámetros fiables y de alta calidad para respaldar las decisiones políticas basadas en pruebas sobre las tecnologías energéticas. En todo el mundo, los gobiernos se plantean más preguntas sobre el progreso tecnológico, las deficiencias en materia de innovación, los puntos fuertes nacionales y la eficacia de las políticas de innovación energética y climática.
En lo que respecta al gasto público en investigación energética, la Guía de la AIE para informar sobre las estadísticas de presupuesto/gastos de I+D+i en materia de energía ofrece un manual de referencia para los gobiernos, incluidas las empresas estatales. El conjunto de datos único resultante muestra que el gasto gubernamental mundial en I+D y demostración en materia de energía fue de alrededor de 38.000 millones de dólares en 2021, un 5% más que el año anterior y continuando una tendencia de crecimiento en los últimos cinco años.
No existen manuales o guías equivalentes para orientar los esfuerzos de los países por comprender el progreso de la innovación energética en el sector empresarial. No obstante, el sector empresarial es un actor importante y el seguimiento de sus actividades es vital para cualquier visión general del panorama de la innovación en energía limpia. La AIE estima que las empresas activas en tecnologías energéticas gastaron casi 120.000 millones de dólares en I+D en energía en 2021, tres veces más que los gobiernos. Entre los sectores, el de la automoción es el que más gasta en I+D relacionada con la energía, mucho más que otros sectores «difíciles de descarbonizar». Sin embargo, más allá de estas estimaciones generales, la información sobre las actividades de innovación energética de las empresas -ya sea de acceso libre o comercial; a nivel de tecnología o muy agregada- es frustrantemente escasa.
Este resumen presenta las opciones de que disponen los gobiernos para medir las actividades de innovación en energía limpia del sector empresarial. Ilustra las opciones con ejemplos de todo el mundo y enumera algunas de las ventajas, desventajas y compensaciones inherentes. Aunque no pretende ser un documento de orientación exhaustivo y no refleja un proceso de consenso internacional, esperamos que pueda servir de inspiración a los profesionales y expertos para mejorar su seguimiento de las transiciones energéticas.