ARTÍCULO: Perspectivas del mercado energético en América Latina y el Caribe

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Los energéticos constituyen una mercancía de alto consumo a nivel global y un instrumento de política ampliamente utilizado por muchos gobiernos en el mundo. Debido a su importancia en el gasto de los hogares, estos representan un bien de consumo básico y en demanda constante por parte de las familias.  En promedio, las familias en América Latina y el Caribe gastan 8 por ciento de sus ingresos en adquirir energía como electricidad, gas propano, gas natural, gasolina o keroseno, por mencionar algunos (Jiménez Mori & Yépez-García, 2020).  Esto hace que los hogares sean vulnerables a fuertes variaciones en los precios precios de combustibles, así como a la reducción en su disponibilidad para cubrir las necesidades básicas de energía. Esa, en buena medida, es una de las razones por las que frecuentemente el precio de los energéticos se constituye como un instrumento de política en las decisiones de los gobiernos.  Asimismo, los precios de los combustibles influyen en el comportamiento general de la inflación y en la aceptación y popularidad de gobiernos.

Dada la relevancia de los precios de los combustibles y de la energía, estos frecuentemente se intervienen a través de subsidios para evitar que afecten de manera notable el gasto de los hogares. Sin embargo, los subsidios son también un instrumento de política con mucho impacto en el gasto de los gobiernos y un contribuyente importante del déficit fiscal. Como ejemplo, se estima que en 2022 el impacto de los subsidios a la energía a nivel mundial fue equivalente a 1.3 por ciento del PIB global y particularmente en América Latina y el Caribe equivalió a 0.7 por ciento del PIB de la región (Black et al., 2023).

¿Cómo se diferencian los subsidios por regiones y por fuente?

La Figura 1 presenta una comparación de los subsidios energéticos explícitos por región y por fuente de energía, expresados en miles de millones de dólares estadounidenses de 2022. La región de Asia Oriental y el Pacífico presenta el más alto nivel de subsidios en términos absolutos a nivel global, siendo la electricidad y el gas natural las fuentes más subsidiadas en esta región. En contraste, América Latina y el Caribe muestran un volumen más moderado de subsidios, con una distribución más equilibrada entre los derivados del petróleo, el gas natural y la electricidad.

Figura 1. Subsidios energéticos Explícitos por Región y fuente en 2022 (miles de millones de dólares)

Fuente: Base de datos de subsidios energéticos (FMI, 2023)

Subsidios explícitos en América Latina y el Caribe

La Figura 2 destaca que Venezuela, Surinam, Bolivia y Ecuador emergen como los países con los mayores subsidios en proporción al PIB (OLADE, 2023). En contraste, naciones como Belice y Panamá mantienen subsidios con bajo impacto en el gasto público.

Figura 2. Subsidios Explícitos en América Latina y el Caribe en 2022 como porcentaje del PIB

Fuente: Base de datos de subsidios energéticos (FMI, 2023)

Subsidios energéticos en América Latina y el Caribe por tipo de fuente

Como se muestra en la Figura 3 la electricidad representa el 28% del monto total de subsidios en la región, seguido por el gas natural con 19%. El diésel, la gasolina también son significativos con un 18%, 14% respectivamente destacando su importancia en el sector transporte. El GLP representa el 10% del monto total de subsidios en la región. El subsidio explícito total, que suma el apoyo a todas estas fuentes, fue del orden de 43.46 miles de millones de dólares.

Figura 3. Subsidios explícitos en América Latina y el Caribe por fuente en 2022 (miles de millones de dólares)

Fuente: Base de datos de subsidios energéticos (FMI, 2023)

Nota: Para la elaboración del gráfico se consideraron los subsidios explícitos a los consumidores de la base de subsidios energéticos del Fondo Monetario Internacional 2023.

Subvenciones a los combustibles fósiles en América Latina y el Caribe

En la figura 4 se observa una disminución significativa de los subsidios en términos absolutos después del año 2015, seguida por un período de estabilización. No obstante, cuando los subsidios se expresan como porcentaje del PIB, hay un incremento gradual a partir del año 2019, lo que sugiere que, aunque el valor absoluto de los subsidios puede no estar creciendo de forma considerable, su impacto económico relativo al tamaño de la economía de la región ha ido en aumento. Esto podría ser consecuencia de las medidas emergentes de apoyo que tomaron los gobiernos de la región para atender el impacto que la pandemia impuso en los hogares.

Figura 4. Evolución de los subsidios explícitos en América Latina y el Caribe

Conclusión

En este blogpost se presenta un análisis de los subsidios a los energéticos en América Latina y el Caribe. En la región, este es un instrumento de política ampliamente utilizado por los gobiernos particularmente en los años recientes atribuible a las medidas emergentes aplicadas por los gobiernos de la región para atenuar el impacto de la pandemia en la población. Esta dinámica invita a una reflexión sobre la necesidad de reformas hacia estructuras de precios más eficientes que fomenten prácticas energéticas sostenibles, alineadas con los objetivos económicos y ambientales a largo plazo. La comprensión de estas tendencias es esencial para los responsables de políticas que buscan promover un equilibrio entre el crecimiento económico, la responsabilidad fiscal y la sostenibilidad energética. Decidir entre implementar una política de precios subsidiados a los energéticos o una política social alternativa destinada a otorgar transferencias equivalentes directamente a una población objetivo tiene implicaciones importantes para las empresas, los consumidores, los contribuyentes, los hogares pobres y el gobierno.

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