Calidad es clave para las mipymes acceder a mercados externos

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Asegurar la calidad de los productos y servicios a través de la especialización orientada a satisfacer las necesidades de los consumidores, manejar una agenda de clientes y orientar las estrategias a las oportunidades que ofrece el mercado son algunos de los principales desafíos que enfrentan los micro, pequeños y medianos empresarios para lograr que su emprendimiento sea competitivo.

Desde su conformación en 2014, la Asociación de Mujeres Unidas Para Avanzar (Asomuava) tiene el objetivo de llevar a los consumidores productos orgánicos de calidad, fruto del esfuerzo de las mujeres rurales que han sacado adelante a Chojoba, un emprendimiento que genera ingresos para ellas y sus familias a través de la fabricación de chocolate, cocoa, vino y otros derivados del cacao.

Aunque cuentan con los conocimientos, maquinarias y local para sacar adelante la microempresa, a Chojoba le falta aún mucho camino por recorrer para lograr el posicionamiento de su marca en los mercados nacionales e internacionales.

“Todavía no podemos decir que hemos sacado (beneficios) de la Asociación, porque todo lo que entra lo hemos usado para adquirir la materia prima”, dijo la presidente de Asomuava y líder de Chojoba, Élida Vargas, a una comisión de consultores del Programa de Fortalecimiento de la Calidad para el Desarrollo de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipyme).

Los consultores las visitaron para conocer su trayectoria, los retos que enfrentan y las aspiraciones que tienen con su marca, a fin de determinar cuáles estrategias implementar para que puedan cumplir sus objetivos.

Mejorar la calidad de los productos con mayor potencial para ser exportados en mercados internacionales es el fin último de este proyecto de aceleración empresarial implementado por la Unión Europea (UE) a través del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), explicó Javier Sánchez, coordinador del componente de inteligencia y asociatividad del programa.

Inversión
Esta iniciativa cuenta con una contribución de 11 millones de euros por parte de la UE y una contrapartida de 1.1 millón de euros aportados por el Gobierno dominicano. Busca vincular a las mipymes con otros servicios y opciones ofrecidos por el MICM que estén a su alcance para su desarrollo.

“El programa tiene varios componentes relacionados con las certificaciones de calidad y la economía circular y este componente con el que estamos trabajando, que trata de fortalecer a los grupos asociativos de productores, resolver sus debilidades y apoyarles a acceder mejor a los mercados de consumo internacionales”, agregó.

Si bien dentro de los componentes del proyecto no hay un apoyo directo de financiamiento a los beneficiarios, existe posibilidad de ayudar a las asociaciones de productores a la adquisición de certificados de calidad para sus productos.

Chojoba es parte de las nueve asociaciones que han sido seleccionadas por el potencial que tienen para desarrollarse en el programa que incluye asistencia técnica de especialistas en procesos productivos, fortalecimiento organizacional y comercialización.

La idea es elaborar un plan de acción que les permita canalizar las áreas de oportunidad de este emprendimiento, a partir de un diagnóstico de su situación actual.

“Este es un grupo de mujeres muy trabajadoras, con una visión clara de lo que quieren y con productos que cuentan con la calidad requerida para su exportación”, manifestó Susana Rodríguez, asesora senior de Asociatividad del Centro Mipyme Universidad ISA, quien ha trabajado con las emprendedoras y considera que la inclusión de esta chocolatera al programa de aceleración logrará un impacto positivo en el desarrollo económico de estas mujeres.

Diagnóstico
Durante el encuentro con las gestoras de Chojoba en las instalaciones de Asomuava en Joba Arriba, Gaspar Hernández, los consultores animaron a las emprendedoras a contar su historia y a describir los alcances que ha tenido su negocio.

A partir de lo compartido por Élida Vargas y su equipo de mujeres, los especialistas advirtieron la necesidad de que se especialicen solo en aquellos productos de mayor demanda y que elaboren una agenda de seguimiento a los nueve clientes con los que han trabajado, para formalizar acuerdos por la sostenibilidad del negocio.

Insistieron en la obtención de una copia de certificación de garantía de que la materia prima con la que trabajan es cien por ciento orgánica, así como una mejora del etiquetado y envases para que sean amigables al medio ambiente y comuniquen mejor a los consumidores la historia del trabajo de las mujeres del campo detrás de esta empresa.

¿Cuál será el próximo paso? A partir de los hallazgos de esta misión de campo, elaborarán actividades prácticas para que los productores ejecuten el plan de acción. Se seleccionarán a tres de las asociaciones para una capacitación continuada personalizada durante 10 meses.

Fases pendientes
Hay una serie de fases que deben superarse para elevar la competitividad de República Dominicana en el exterior, a través de la inclusión de las mipymes que como Chojoba tienen productos de valor diferenciado.

“Lo primero es tener una producción de calidad. Para competir en la elaboración de chocolates finos en el mercado internacional hay que tener una calidad insuperable. Lo segundo es tener unos niveles de producción de acuerdo a lo que los clientes requieren”, detalló Rodríguez.

Se espera que los emprendimientos puedan mejorar su calidad, garantizar su presencia en el mercado local y terminar exportando en un período de cinco años.

En ese tiempo, los grupos asociativos con visión empresarial obtendrán retribuciones económicas indirectas producto de su participación laboral en el mercado, con un impacto que se traducirá en inversiones que repercutan positivamente en las comunidades.