Por Oscar Müller C.
Es un bloque de basalto que mide dos metros veinticinco centímetros de altura y un metro noventa centímetros de circunferencia en su base inferior. En la cúspide se encuentra tallada la esfinge del rey Hammurabi de Babilonia de píe frente al Dios del Sol Shamash. Esta escultura que data de hace más de tres mil quinientos años fue descubierta en el actual Irán por el arqueólogo Jaques de Morgan en 1901 y trasladada a Francia. La mayor parte del bloque se encuentra grabado con símbolos de escritura muy antigua denominada cuneiforme, dado la forma de cuña que se presenta en muchos de sus caracteres. Fue necesaria la intervención de un especialista en escrituras antiguas, el señor Jean-Vincent Scheil, quien luego de muchos meses de estudio pudo descifrar el contenido evidenciándose que se trataba de una recopilación de leyes que se aplicaban en la Mesopotamia de hace cuatro mil años.
En nuestra civilización las leyes se crean por un grupo de personas, denominadas legisladores, que tienen esa función y las plasman en un documento que, al igual que el Código de Hammurabi, contiene signos que pretenden contener pautas conductuales dirigidas a la sociedad.
Pero es indudable que eso signos requieren de interpretación y no es el legislador quien realiza ese acto, sino aquel a quien va dirigida la ley y, en caso de conflicto, un Juez.
Pongamos como ejemplo una norma que menciona que el propietario de un perro deberá indemnizar a quien haya sufrido daños por ataque del animal. Juan va caminando por la calle, cuando es atacado por un gato montés que le causa severas lesiones y le tienen incapacitado por un buen tiempo, pero el dueño del animal se niega a indemnizarlo argumentando que la ley solo se refiere al perro y que ese no fue el caso. Mi estimado lector podrá encontrar de inmediato la injusticia que se presentaría si aplicáramos en forma literal la ley.
¿Podría un juez darle un vuelco a los signos que plasmó el legislador, para lograr justicia? Es posible, si tal vez el Juez decidiera que lo que la letra de la ley quiso expresar con la palabra perro, sería el estado de riesgo que representa un animal, sin importar la naturaleza de este y así el similar o mayor estado de riesgo que implica un gato montés y su dueño, quien, al decidir poseer ese animal, está aceptando intrínsicamente el riesgo que dicha posesión conlleva.
Pero si así fuera ¿no estaríamos yendo más allá de lo que el legislador quiso regular?
Es indudable que implicaríamos ideas que no se expresaron en los signos de la ley y pudiéramos estar sustituyendo al legislador.
Todavía podemos ir más allá del ejemplo, pues este sería solo un caso específico y hasta ahí se llegaría con la forma de interpretar la norma en cuestión y, sin embargo es posible que ese contenido que le asignó el juez a la norma pudiera regular a todos los casos similares que se presentaran y es aquí donde cobra aplicación lo que mencionaba en mi pasada aportación sobre la forma como se llevaba la recolección de diamantes en donde se va realizando una depuración del material hasta encontrar el brillante.
En la práctica los sistemas de justicia tienen ese tamiz que permite encontrar el verdadero sentido de equidad en las normas, estos son los recursos que implican la posibilidad de que un caso sea revisado por otro juzgador y la decisión de este, por otro distinto.
Es así como un sistema de recursos presenta las distintas cribas por las que pasa la interpretación de la ley, hasta que se agotan en una decisión final. Cada vez que la forma de interpretar es analizada por otro juzgador, se va descubriendo un tamiz en el cual queda lo que no es esencial, hasta llegar al final en donde encontramos el brillante, una decisión judicial sobre cómo debe interpretarse la ley.
México no escapa a este sistema de depuración que se da en las resoluciones judiciales y es a través de estos recursos que se logra tener, no solo la interpretación que consiste en determinar el verdadero sentido de la ley, sino que se logra que esa forma de interpretar sea obligatoria para todos los casos análogos.
¿Se cambia el sentido de la ley y por consecuencia se sustituye al legislador?
No lo creo, en realidad se determina el sentido de la ley que el legislador expresó en símbolos y se suplen las carencias de este.
Es así como los símbolos confusos con que se pretende expresar la ley se transforman en una realidad en que las vidas de las personas se ven afectadas.
Es indudable que para ser Juez se requiere de una alta preparación, pues el incidir en la vida de las personas requiere de una gran responsabilidad que no puede ser ejercida por cualquiera, dado que los valores que se encuentran en juego son de muy alto nivel, como la libertad, la salud, la familia, el patrimonio y más.
Sobre esta base pregunto a mi lector ¿es correcto que los jueces sean designados por la sociedad llana o es preferible que sean designados a través de concursos de oposición, exámenes y una carrera dentro del sistema de justicia que permita calificar sus cualidades?