El año pasado la producción minera de República Dominicana sufrió los efectos del covid-19. En el caso de cobre, la exportación finalizó 2020 en US$10.9 millones, registrando una disminución absoluta de US$9.8 millones (un -47.3%) en comparación con 2019. Mientras, el zinc registró una reducción de US$8.5 millones (un -77.2%), al pasar de US$11 millones a US$2.5 millones en 2020, según datos del Banco Central (BC).
Con el objetivo de obtener más mineral, ya que la visión al futuro indicaba que los precios iban a mejorar, la Corporación Minera Dominicana (Cormidom), que opera la mina Cerro de Maimón y se dedica a la explotación de minerales concentrado de cobre y zinc, decidió actualizar el recurso para extender su vida útil más allá de los dos años que le restaban en operación.
La empresa, que tiene una concesión de 3,400 hectáreas aproximadamente, realizó un plan de exploración que le permitió identificar el recurso de una forma más profunda, por lo que tuvieron que cambiar el método de trabajo. Fue entonces cuando decidió pasar de una operación de cielo abierto a subterránea, marcando un hito en la minería dominicana.
La vicepresidenta de Cormidom, Elizabeth Mena, explicó que en 2018 la compañía obtuvo la licencia ambiental 0061-04-Renovada, que la certificó como la primera minería subterránea en República Dominicana. En julio de ese mismo año se inició la construcción del portal de acceso del subterráneo, que proyecta un rendimiento nominal de 1.2 millones de toneladas de mineral por año y extendería la vida útil de la mina hasta el 2036.
“El cambio tiene unos beneficios en la parte ambiental, debido a que la minería a cielo abierto se lleva una gran parte de corteza terrestre, lo cual afecta la biodiversidad, pero la subterránea significa un impacto menor”, dijo Mena.
La meta de la empresa es contar con aproximadamente 70 kilómetros de túneles que le permita aprovechar todo el material y aumentar las exportaciones.
Mena afirmó que como en ese tipo de minería la seguridad juega un papel fundamental, ya que al hacer los túneles muy profundos se debe cumplir con una serie de protocolos que garanticen el bienestar de los mineros, la empresa cuenta con todas las herramientas necesarias para cuidar a sus empleados. Aunque la compañía se encuentra en desarrollo, cuando inicien sus operaciones de producción tiene previsto recolectar alrededor de 576,000 toneladas por año.
La vida útil de operación de la mina se proyecta hasta el 2036. Sin embargo, Cormidom planea extenderla hasta más allá del 2040 y a partir del 2024 la producción será de dos millones de toneladas por año.
De acuerdo con la ingeniera geotécnica Carlixta Álvarez, cuando se avanza en la excavación del túnel se realiza una cartografía o un mapeo diario del frente de avance.
Ese proceso les permite hacer un levantamiento de la cantidad de fracturas y fallas que hay en el terreno o si existe filtración de agua o un alto contenido de arcilla, para tener controlada la situación y garantizar el buen funcionamiento de la mina.
“También se analiza si hay formación de cuñas, que son rocas sueltas que se forman cuando se interceptan o convergen dos o más escrituras geológicas que pueden caer. Además, permite determinar la calidad de la roca”, destacó.
Para evitar la formación de cuñas, se instala un sistema de sostenimiento que dependerá de la calidad del terreno, normalmente pernos y mallas.
Según la Ley Minera 146-71, las substancias minerales en su estado natural o en forma de concentrados de minerales metalíferos que se exporten, estarán sujeto a una regalía o impuesto mínimo del 5% del precio de venta que debe pagar la empresa al Estado dominicano. En 2019 Cormidom pagó más RD$100 millones al Estado por la exportación de los minerales.
Además del pago de los diferentes impuestos, también paga un 5% de los beneficios al ayuntamiento local, cuyo monto es utilizado para el desarrollo de la comunidad.
A 2019 el monto de la inversión en los múltiples programas sociales para el desarrollo de las comunidades totalizó RD$202.3 millones.
Medio ambiente
El cuidado del entorno es uno de los principales retos que enfrentan las empresas que realizan operaciones mineras en cualquier parte del mundo.
En el caso de Cormidom, como realizaba la minería a cielo abierto, que consiste en el aprovechamiento minero o explotación minera que se desarrollan en la superficie del terreno, la empresa posee un vivero donde se generan unas 100,000 plantas anuales que se usan para restaurar ese terreno.
Según Mena, las instalaciones de la empresa fueron diseñadas para tener una huella de carbono cero, con el objetivo de evitar daños al medio ambiente y los recursos naturales. Además, utilizan las rocas y la tierra extraída de la mina subterránea para llenar el espacio cavado para la minería a cielo abierto.
“Las plantas del vivero son utilizadas en el cierre concurrente de la mina y los proyectos de reforestación realizados en conjunto con las comunidades y las autoridades”, dijo.
La coordinadora de Relaciones Comunitarias, Naceli Rosario, afirmó que la empresa usa una herramienta que les permite medir los indicadores y asegurarse de que las acciones que están tomando realmente tengan un efecto positivo en el medio ambiente.
“También tenemos herramientas que nos permiten ver el impacto que las operaciones tienen en la biodiversidad. Para este año se trabaja en un reporte a nivel internacional de los resultados de las estrategias de sostenibilidad que se implementan en la mina”, añadió.
La empresa es la primera del país en trabajar con la herramienta Biodiversity Change para el sector industrial de la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), que busca que las compañías sepan cuál es su aporte o su daño a la biodiversidad.
La mina cuenta con un sistema de recolección de agua lluvia, que luego es bombeada por todas sus instalaciones y utilizadas para sus procesos. El agua es tratada en una planta de osmosis inversa, utilizada para obtener la desmineralización del agua con alto contenido de sales, como agua de mar o agua de ríos o pozo y utilizar como repuesto a varios circuitos.
Con el objetivo de luchar contra el cambio climático que aceleran los combustibles fósiles, la mina utiliza energía renovable generada a través de la biomasa para realizar los diferentes procesos de su operación.
Seguridad
Según Michael Almánzar, operador de la sala de control, para garantizar la seguridad de los mineros dentro de la mina subterránea, cada minero lleva un localizador que indica cuál es su ubicación en tiempo real, lo cual les permite saber dónde está cada minero y así poder socorrerle en caso de una eventualidad.
Además, permite saber el estado de los gases donde se encuentra el personal y el flujo de aire, lo que les permite analizar el tipo de riesgo en que se encuentran los mineros y los equipos.
“Manejamos el tráfico, a través de los semáforos para evitar que haya algún incidente y también podemos controlar la ventilación. El sistema analiza el número de mineros que hay en cada área y dependiendo de eso, cuál es el nivel la ventilación”, dijo.
El encargado de seguridad de Cormidom, Pavel Soto, aseguró que en caso de que ocurra un derrumbe dentro de la mina, existen dos refugios instalados en puntos específicos, los cuales cuentan con aire y alimentos que garantizan la supervivencia de los mineros por unas 72 horas.
Además, explica, son resistentes a derrumbes, incendios o inundaciones y tiene un sistema de funcionamiento de energía eléctrica que garantiza el funcionamiento del refugio, aun cuando haya problemas con la electricidad.
“En caso de que se produzca un derrumbe tiene que venir aquí todo el personal y se debe calcular el oxígeno por el número de persona que están dentro, para saber qué cantidad se va a liberar, porque si son menos de 20 personas, la capacidad dura el doble”, resaltó.
El refugio cuenta con un sistema que libera el monóxido. También tiene un radio de comunicaron con el centro de control y una cámara que transmite en tiempo real y muestra la situación de los mineros refugiados.
En caso de un incendio, hay un conversor de monóxido que convierte el humo en algo respirable, el cual tiene una duración de 30 minutos a una hora, para que las personas tengan tiempo de llegar a una zona segura.
También los equipo de seguridad tiene un botón que los mineros pueden presionar en caso de que les pase algo y se emite una alerta al centro de control.
“Cuando las personas están ahí, vamos con un equipo de respuesta de emergencia y los evacuamos. En el caso de que ocurra un derrumbe, existen rutas de evacuación alterna”, dijo.
La empresa cuenta con unos equipos de rescate que le permiten respirar por aproximadamente cuatro horas de autonomía, siendo de los más recomendados para el uso de quienes se dedican a la minería. Además, tienen un personal entrenado para dar respuestas a esas emergencias.
Mano de obra local
Actualmente, el 76% de los empleados de la mina pertenecen a Maimón y comunidades vecinas, el 9% a otras provincias, el 8% al resto de Monseñor Nouel y el 5.8% a Santo Domingo. Del total de trabajadores el 80% son hombres y el 20% restante mujeres.
“Deseamos incrementar el número de mujeres que se dedican a la minería y garantizamos que este tipo de trabajo es posible”, resaltó la vicepresidente de Cormidom.
Uno de los objetivos de la mina subterránea es lograr que en los primeros tres años más del 80% de los 300 nuevos empleos que serán generados, sean ocupados por dominicanos, por lo cual la empresa trabaja en un plan de entrenamiento realizado por expertos latinoamericanos.