El desempeño de la minería dominicana en lo que va de 2025 no es solo alentador: es estructuralmente positivo. La conjunción de recuperación productiva, aumento en las exportaciones, generación de empleos formales bien remunerados y fortalecimiento de la recaudación fiscal consolidan al sector como un motor fundamental del desarrollo económico nacional.
La mejora sustancial en diversos indicadores, desde exportaciones hasta empleo y recaudaciones fiscales, posiciona a la minería como un actor de alto impacto estratégico en el desarrollo sostenible del país. Uno de los aspectos más destacados del período enero-abril ha sido la desaceleración significativa del decrecimiento sectorial.
Este cambio de dirección es un claro reflejo de la estabilización del mercado, la normalización de las operaciones extractivas y la resiliencia operativa de las empresas mineras instaladas en el país.
En el caso de la generación de divisa, las exportaciones mineras totalizaron más de 574 millones de dólares en los primeros cuatro meses del año, lo que representa un crecimiento interanual superior al 20%. El oro continúa liderando como producto insignia, representando más del 88% del valor total exportado. Esta dinámica favorable no solo refleja el aumento en los volúmenes exportados, sino también una gestión comercial más eficiente y alineada con la demanda internacional.
En el mes de marzo, el sector reportó un crecimiento interanual de 36.4% en sus ventas totales, alcanzando los RD$11,182 millones. Más del 86% de estas ventas corresponden a exportaciones, lo cual reafirma el carácter altamente competitivo y globalizado del sector. Este desempeño está estrechamente relacionado con mejoras en la productividad, mayor estabilidad en los precios de los metales, y una gestión financiera disciplinada por parte de las empresas.
El aporte del sector a las finanzas públicas ha sido también sobresaliente. En el primer trimestre de 2025, las recaudaciones fiscales provenientes de la actividad minera ascendieron a RD$7,597 millones, con un impresionante crecimiento del 158.9% respecto al año anterior. Este resultado evidencia la solidez del marco fiscal minero y el compromiso de las empresas con el cumplimiento tributario, lo que a su vez se traduce en más recursos para programas de inversión pública.La reactivación minera no solo se mide en cifras, sino también en su capacidad de proyectarse hacia el futuro. La industria ha intensificado sus esfuerzos hacia una minería responsable, con estándares ambientales más rigurosos y una agenda clara de sostenibilidad.
Innovaciones tecnológicas, programas de inclusión comunitaria y alianzas público-privadas son ahora parte integral de una nueva visión que busca maximizar el valor económico sin comprometer el bienestar social ni el equilibrio ecológico.
Frente a estos resultados, se vuelve indispensable fortalecer los marcos regulatorios, estimular la inversión responsable y promover una narrativa que reconozca el papel estratégico de la minería moderna en la construcción de un futuro más próspero para la República Dominicana.