Por: Dr. Virgilio M. Malagón Álvarez, PhD,
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Para «El Mundo de los Negocios» y demás Multimedios
de The Ballester Business & Media Group, Inc.
En la actualidad nuestra economía se mueve con el gasóleo o diésel que es un hidrocarburo líquido compuesto fundamentalmente por parafinas y utilizado principalmente como combustible en calefacción y en motores diésel.
Desde que el científico y empresario alemán, Rudolph Diesel lo invento, en el 1892, este combustible ha sido el eje de todas las economías del mundo.
Su uso va desde la navegación, generación, transporte de carga y uso estratégico en los vehículos blindados de todas las guerras del siglo XX.
En nuestro país más del 30% de la actividad industrial y comercial se ¨mueve¨ en base a este combustible. Este porcentaje tiene un efecto multiplicador, en nuestra economía, sobre un 45% en la generación de riqueza, empleos, impuestos, etc.
Sin embargo, los esquemas internacionales de los patrones de contaminación atentan contra la existencia de este combustible. El Ministerio de energía y Minas asi nos lo indica:
¨El contenido de azufre en los combustibles sigue siendo un problema en varios de los países de la Región de Latino América y el Caribe, porque a pesar de que pueden ser 100% importadores de crudo y/o refinado, no poseen la capacidad de modernizar sus refinerías para la elaboración de combustibles de mejor calidad o sus normativas no han sido modificadas para que el uso de combustibles más limpios vaya incrementando¨.
Lo anterior nos plantea la imperante necesidad de fomentar y desarrollar la infraestructura necesaria para la producción del BIODIÉSEL.
El biodiésel es por definición un biocarburante o biocombustible, líquido, producido a partir de los aceites vegetales y grasas animales.
Mayormente, se utilizan las oleaginosas más conocidas como lo son la Soya, el Girasol y la Palma Africana.
En Argentina, por ejemplo, se usa mayormente la Soya por su alto contenido de Glicina y su fácil manejo en las etapas de siembra y cultivo de la misma.
Los rendimientos, por hectárea podrían ser de hasta:
1-Soya: 400litros de biodiésel.
2-Girasol: 700 litros de biodiésel
3-Canola: 800 litros de biodiésel
4-Palma Africana: 600 litros de biodiésel.
El rendimiento es extraordinario, llegando a recuperarse, de un litro de aceite extraído del cultivo, hasta un 95% de biodiésel.
Los beneficios más emblemáticos del biodiésel son:
1-Proviene de recursos renovables
2-Reduce las partículas contaminantes en mas de un 55% y también las emisiones del CO2.
3-Libre de los sulfuros, los bencenos y los aromatizantes y la oleofinas.
4-Es biodegradable en más de un 80%
5-Por ende, contamina menos que el gasóleo mineral, proveniente de la refinación del petróleo.
El proceso de extracción y refinación del biodiésel es muy sencillo y consiste, principalmente en extraer las grasas de las oleaginosas, por un lado, y por el otro, de aceites y grasas usados; todo través de un proceso llamado esterización (separación de los ésteres de la glicina).
La razón del porqué al biodiésel se le califica como un éster metílico es debido a que una vez refinado, el aceite se transesterifica (convierte) en biodiesel, al añadir metanol y un catalizador. Al poseer características tan similares a las del combustible diésel, este puede ser usado en todos los motores que usan este combustible.
El biodiésel puede usarse puro o mezclado con el diésel de origen fósil, en una proporción no más del 20%. De esta manera se podrán obtener parámetros de rendimiento muy favorables sin necesidad de reformar los motores. A este estándar se le denomina B20.
Como el Lector podrá apreciar, el biodiésel SI es el combustible que moverá nuestra economía debido a su bajo costo de siembra y cultivo, su alto rendimiento y un proceso de refinado sencillo y económico.
VMA.