Santo Domingo. La Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) hace un llamado a la prohibición del vuelo de chichiguas en las proximidades del tendido eléctrico, debido al peligro que esta práctica representa para la vida de los ciudadanos y el alarmante aumento de interrupciones en el servicio provocadas por colas enredadas en las líneas de transmisión y distribución.
Solo en los primeros meses del 2025, la ETED registró 10 salidas de líneas de transmisión causadas por colas de chichiguas, acumulando más de 7.7 horas de interrupciones eléctricas. En 2024, estas cifras fueron incluso más preocupantes, con 14 salidas y 13.4 horas fuera de servicio, afectando de manera directa a las regiones Este, Este-Central, Norte, Nordeste y Sur-Central del país.
De los 24 eventos documentados entre ambos años, nueve (9) ocurrieron solo en la zona Este-Central, una de las más pobladas del país. El tiempo promedio fuera de servicio por incidente fue de 0.89 horas (53 minutos).
En ese sentido, el administrador general de la ETED, Martín Robles Morillo destacó que desde el año 2020 se han detectado más de 200 averías en el sistema de transmisión provocadas por colas de chichiguas, muchas de ellas con consecuencias que han afectado a sectores completos del país. “Hemos llevado campañas de sensibilización y prevención en comunidades como Cristo Rey, Los Alcarrizos, Los Mameyes y ahora en Los Mina, que son algunas de las zonas donde históricamente más se registran daños por esta práctica. Sin embargo, los efectos son de alcance nacional, tanto por los niños y adolescentes que han fallecido, que es lo más lamentable, como por las pérdidas técnicas y económicas al sistema eléctrico. Este no es un problema barrial ni estacional: es un problema de conciencia”, sostuvo Robles.
Estas interrupciones provocan no solo fallas puntuales, sino también desbalances en el sistema que exigen respuestas técnicas inmediatas para evitar colapsos mayores. El alto voltaje con el que operan estas líneas convierte a una simple cola de chichigua mojada en un conductor eléctrico letal, capaz de provocar cortocircuitos de fase a tierra y entre fases.
“Cuando la cola está seca, no representa un riesgo. Pero en la madrugada, con el sereno o una ligera llovizna, se convierte en un conductor. Si hace contacto con elemento a tierra entre fases, provoca un cortocircuito y saca de servicio la línea afectada”, explicó Robles Morillo.
“Volar chichiguas, ya no es igual”, enfatizó Robles Morillo, reiterando que una chichigua puede costarle la vida a niños, jóvenes y adultos.
Además del impacto técnico y económico, con pérdidas que superan los 10 millones de pesos anuales, la práctica de recuperar chichiguas enredadas entre líneas representa un grave riesgo para la vida humana. Se han documentado múltiples situaciones donde niños, adolescentes y adultos intentan recuperarlas utilizando varas, sogas o trepando estructuras, exponiéndose a descargas de alto voltaje que pueden producir quemaduras severas o la muerte.
Durante la Cuaresma y la Semana Santa, el número de incidentes se incrementa por el aumento del vuelo de cometas, motivado por la dirección del viento y los días festivos. En este contexto, la ETED ha decidido redoblar esfuerzos preventivos, llevando su campaña “Vuela en un lugar seguro” a una acción contundente: la prohibición absoluta del vuelo de chichiguas en zonas cercanas a instalaciones eléctricas.
“Tenemos brigadas patrullando con motores y camiones canasto, para identificar y retirar colas de chichiguas antes de que causen una emergencia. Pero la solución no puede ser solo reactiva. Necesitamos conciencia ciudadana, necesitamos responsabilidad”, añadió Robles.
La ETED exhorta a las familias, centros educativos, comunidades y líderes locales a colaborar con este llamado, para evitar incidentes que pongan el riesgo vidas humanas y la estabilidad del sistema eléctrico nacional.
Volar una chichigua cerca de cables eléctricos no es un juego inocente: es una amenaza a la seguridad colectiva y a la vida misma.